Activos, pasivos y entender tu patrimonio

Artículo por Rafael de la Parra · 18 julio 2019

¿Qué es el patrimonio?, ¿Cómo lo calculo?, ¿A estas alturas de mi vida voy bien en cuestión de dinero?

Cuando hablamos de finanzas personales pareciera que hay más preguntas que respuestas y, ciertamente, puede parecer algo intimidante. Sin embargo, el primer paso es hacer las preguntas correctas. Después hay que ir aprendiendo lo que haga falta y encontrando respuestas.

Probablemente has escuchado el término “patrimonio”. A lo mejor hasta has escuchado hablar de los banqueros patrimoniales. Tu patrimonio es básicamente lo que tienes. En palabras simples: es la suma de tus cosas de valor, menos tus deudas. Entender bien este es importante ya que, al pensar en finanzas personales, es fundamental entender que la cosa va más allá del dinero que tienes en el banco.

Activos y pasivos ¿Qué son?, ¿para qué sirven? Aquí te explico en qué consisten de una manera clara y sencilla:

Parte de un todo

Los activos y pasivos sirven para determinar la situación patrimonial de una empresa, es decir, cuánto tiene y cuánto debe. Ambos son esenciales para realizar un balance en el que se enlista aquello que genera dinero y lo que representa un gasto. Los activos permiten que una empresa realice operaciones, mientras que los pasivos contemplan sus deudas y obligaciones. A continuación te explico mejor en qué consiste cada uno y cómo se clasifican.

Activos

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Los activos corresponden a todos los derechos y bienes (tangibles e intangibles) que forman parte del patrimonio de una empresa. Este conjunto de bienes permite que, a futuro, se logre obtener un beneficio económico. De igual forma, un activo se puede transformar en dinero.

Los activos se clasifican en dos tipos:

  • Activos corrientes o activos circulantes: Son los bienes y derechos que posee una empresa y que pueden convertirse en dinero a corto plazo. De ejemplo tenemos mercancías, dinero en efectivo, cuentas bancarias y cheques en cartera, entre otros.
  • Activos no corrientes o activos fijos: Son los bienes destinados a utilizarse durante mucho tiempo dentro de una empresa. Por ejemplo: equipos de cómputo, mobiliario, máquinas, propiedades y demás. De igual forma, los activos fijos se pueden dividir en tangibles (bienes materiales) e intangibles (marcas y patentes).

 

Pasivos

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Los pasivos corresponden a las obligaciones que tiene una empresa con personas, instituciones, el estado, entre otros. Dicho de otro modo, son las deudas que debe pagar una organización mediante el uso de bienes que, a futuro le generarían beneficios económicos. Los pasivos se solventan mediante los activos. Ejemplos de pasivos son las deudas comerciales, créditos, impuestos a pagar y demás.

Los pasivos se clasifican en:

  • Pasivos corrientes: Deudas que vencen en un plazo no mayor a 12 meses.
  • Pasivos no corrientes: Deudas a terceros y cuyo plazo de vencimiento es mayor a 12 años.

 

Activos y pasivos: importantes para la salud financiera

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Te recomiendo tomar en cuenta los activos y pasivos ya que pueden traer beneficios en distintos ámbitos. Saber esto permite tener una visión clara de cómo fluctúa el capital dentro de una organización u hogar. De este modo, lo ideal será tener más activos que generen beneficios y menos pasivos que representen gastos para tener una salud financiera estable.

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Para tener salud financiera también necesitas tener una visión patrimonial y pensar en cómo crecerá tu patrimonio con el paso del tiempo. Entonces, si tienes una casa o un departamento, probablemente el valor de esa parte de tu patrimonio crezca con el tiempo porque típicamente este tipo de activos tienden a tener plusvalía. Por otro lado, si tienes un coche, eso también es parte de tu patrimonio; sin embargo, ese activo se irá reduciendo con el paso del tiempo. Lo mismo pasa con el dinero que tienes en el banco: si está bien invertido, esa parte de tu patrimonio crecerá con el tiempo. Pero si lo tienes en una cuenta que no genera rendimientos, o lo guardas en el colchón, con el paso del tiempo valdrá menos por la inflación.

Ya que entiendes cuál es tu patrimonio y cuánto vale (recuerda que le tienes que restar el monto de tus deudas), podrás empezar a evaluar si te sientes cómodo con tu situación patrimonial y con la dirección a la que va, o si es necesario tomar algunas medidas para que la cosa mejore, sobre todo si tu patrimonio real es negativo (esto pasa si la suma de tus deudas es mayor a la suma del valor de las cosas que tienes) o muy cercano a cero. Es muy importante que empieces a actuar al respecto.

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En general, tu patrimonio debería de aumentar conforme avanzas en la vida; es normal que si todavía no tienes trabajo e ingresos, no tengas un patrimonio importante. Pero conforme vas ganando dinero lo ideal es que al menos una parte no lo gastes, sino que lo ahorres, inviertas o, al menos, destines a cosas que tendrán valor en el futuro.

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Ya cuando tengas más, será importante idear una estrategia patrimonial: con diferentes tipos de activos, que tengan diferentes niveles de riesgo y rendimiento, y que te permitan balancear tu situación patrimonial considerando diferentes horizontes de tiempo. Esto puede llegar a ser tan simple o tan complejo como quieras, pero eso lo dejaremos para otra ocasión.